jueves, 12 de marzo de 2009

Aplicaciòn del pensamiento critico a la formaciòn de valores.


  • Investigaciòn:

El pensamiento es la actividad y creación de la mente; dícese de todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del intelecto. El término es comúnmente utilizado como forma genérica que define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc.


Definiciones:



Imagen: son las representaciones virtuales que tienen todos los seres humanos desde su concepción acerca del proceso psicológico racional, subjetivo e interno de conocer, comprender, juzgar y razonar los procesos, objetivos y hechos.


Pensamiento: fenómeno psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución de problemas que nos aquejan día tras día.


Lenguaje: es la función de expresión del pensamiento en forma escrita para la comunicación y el entendimiento de los seres humanos. Nos plantea dos definiciones de pensamiento, una de las cuales se relaciona directamente con la resolución de problemas.


"El proceso de pensamiento es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta". "El pensamiento se podría definir como imágenes, ensoñaciones o esa voz interior que nos acompaña durante el día y en la noche en forma de sueños". La estructura del pensamiento o los patrones cognitivos son el andamiaje mental sobre el que conceptualizamos nuestra experiencia o nuestra realidad.

Características del pensamiento.
El pensar lógico se caracteriza porque opera mediante conceptos y razonamientos.
Existen patrones que tienen un comienzo en el pensamiento y hace que el pensamiento tenga un final, esto sucede en milésimas de segundos, a su vez miles de comienzos y finales hacen de esto un pensamiento lógico; esto depende del medio de afuera y para estar en contacto con ello dependemos de los 5 sentidos
El pensar siempre responde a una motivación, que puede estar originada en el ambiente natural, social o cultural, o en el sujeto pensante.
El pensar es una resolución de problemas. La necesidad exige satisfacción.
El proceso del pensar lógico siempre sigue una determinada dirección. Esta dirección va en busca de una conclusión o de la solución de un problema, no sigue propiamente una línea recta sino más bien zigzagueante con avances, paradas, rodeos y hasta retrocesos.
El proceso de pensar se presenta como una totalidad coherente y organizada, en lo que respecta a sus diversos aspectos, modalidades, elementos y etapas.
El pensamiento es simplemente el arte de ordenar las matemáticas
, y expresarlas a través del sistema linguistico.
Las personas poseen una tendencia al equilibrio, una especie de impulso hacia el crecimiento, la salud y el ajuste. Existen una serie de condiciones que impiden y bloquean esta tendencia, el aprendizaje de un concepto negativo de sí mismo, es quizás una de las condiciones bloqueadoras más importantes. Un concepto equivocado o negativo de sí mismo deriva de experiencias de desaprobación o ambivalencia hacia el sujeto en las etapas tempranas de su vida.

Tipos de Pensamientos.
Pensamiento deductivo: va de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento de la que se desprende una conclusión a partir de una o varias premisas.
Pensamiento inductivo: es el proceso inverso del pensamiento deductivo, es el que va de lo particular a lo general. La base es, la figuración de que si algo es cierto en algunas ocasiones, lo será en otras similares aunque no se puedan observar.
Pensamiento analítico: realiza la separación del todo en partes que son identificadas o categorizadas.
Pensamiento de síntesis: es la reunión de un todo por la conjunción de sus partes.
Pensamiento creativo: aquel que se utiliza en la creación o modificación de algo, introduciendo novedades, es decir, la producción de nuevas ideas para desarrollar o modificar algo existente.
Pensamiento sistémico: es una visión compleja de múltiples elementos con sus diversas interrelaciones. Sistémico deriva de la palabra sistema, lo que nos indica que debemos ver las cosas de forma interrelacionada.
Pensamiento crítico: examina la estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria, y tiene una doble vertiente analítica y evaluativa. Intenta superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica. Es evaluar el conocimiento, decidiendo lo que uno realmente cree y por qué. Se esfuerza por tener consistencia en los conocimientos que acepta y entre el conocimiento y la acción.
Pensamiento interrogativo: es el pensamiento con el que se hacen preguntas, identificando lo que a uno le interesa saber sobre un tema determinado.

Relación entre el pensamiento y el lenguaje.
El pensamiento no sólo se refleja en el
lenguaje, sino que lo determina.
El pensamiento precisa el lenguaje.
El lenguaje transmite los conceptos, juicios y raciocinios del pensamiento.
El pensamiento se conserva y se fija a través del
lenguaje.
El lenguaje ayuda al pensamiento a hacerse cada vez más concreto.
El pensamiento es la pasión del ser racional, del que procura descubrir hasta lo más mínimo y lo convierte en un conocimiento.
El pensamiento involucra una estructura conocida como "la estructura del pensamiento".
El lenguaje es simplemente un manejo de símbolos (dígase codificación), el pensamiento es un acondicionador del lenguaje.
El pensamiento es el límite a la acción inconsciente, generada en la mayoría de los casos por mensajes errados o mal interpretados.


OPERACIONES RACIONALES:
Análisis- División mental es decir el pensamiento se divide en dos formas izquierda y derecha.El lado derecho pude pensar todo lo negativo y el izquierdo todo lo positivo.
Síntesis-Se reune todo lo mental para luego ser analizado o recordado.
Comparación- Establece semejanzas y diferencias entre los distintos objetos y fenómenos de la realidad.
Generalización- Proceso en el que se establece lo común de un conjunto de objetos, fenómenos y relaciones.
Abstracción- Operación que consiste en mostrar mentalmente ciertos rasgos, generalmente ocultados por la persona, distinguiéndose de rasgos y anexos accidentales, primarios y prescindiendo de aquellos pensamientos.


El pensamiento crítico se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los razonamientos, particularmente opiniones o afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana. Tal evaluación puede basarse en la observación, en la experiencia, en el razonamiento o en el método científico.

El pensamiento crítico se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad. Tiene por tanto una vertiente analítica y otra evaluativa. Aunque emplea la lógica, intenta superar el aspecto formal de esta para poder entender y evaluar los argumentos en su contexto y dotar de herramientas intelectuales para distinguir lo razonable de lo no razonable, lo verdadero de lo falso.
El pensamiento crítico se encuentra muy ligado al
escepticismo y al estudio y detección de las falacias.


Introducción.

Hay muchas definiciones de pensamiento crítico o razonamiento crítico. Desde un punto de vista práctico, puede ser definido de la siguiente forma:
El pensamiento crítico es un proceso mediante el cual se usa el
conocimiento y la inteligencia para llegar, de forma efectiva, a la posición más razonable y justificada sobre un tema, y en la cual se procura identificar y superar las numerosas barreras u obstáculos que los prejuicios o sesgos introducen.
No todo el mundo valora la necesidad de un razonamiento crítico. Con frecuencia, ser metódicamente objetivo es visto como algo frío, estéril y aburrido sobre todo para los que siguen políticas del estilo "Tened fe y dejad que vuestros sentimientos os guíen a la verdad" o "No dejes que los hechos o detalles interrumpan el camino hacia una historia interesante". Esto es así porque hoy en día muchos sobreviven justamente de la
manipulación y de la llamada a las necesidades primarias del ser humano. Sin embargo, cuando la verdad es requerida no se puede caer en las falacias o en lo que nos gustaría creer para protegernos porque la verdad de aquel que gusta del razonamiento crítico es preferible a una mentira feliz.
La
inteligencia y el conocimiento que se posean no implican forzosamente que se pueda tener un razonamiento o pensamiento crítico. Hasta el mayor de los genios puede tener las más irracionales creencias o las más disparatadas opiniones. La teoría acerca del pensamiento crítico, trata sobre cómo se debería usar la inteligencia y el conocimiento para alcanzar puntos de vista más racionales y objetivos con los datos que se poseen. Opiniones y creencias basadas en un razonamiento crítico pueden estar mejor cimentadas comparadas con aquellas formuladas a través de procesos menos racionales. Al mismo tiempo, los buenos pensadores críticos están normalmente mejor equipados para tomar decisiones y resolver problemas comparados con aquellos que carecen de esta habilidad aprendida.




Básicamente los procesos cognitivos (Paso 3) sintetizan las percepciones (Paso 2) de la realidad (Paso 1), y eso siempre en el contexto de nuestras necesidades emocionales básicas (Paso 3A) sobre cualquier cosa en la vida. El razonamiento crítico es solo uno de los subprocesos que los procesos cognitivos que las personas pueden o no pueden emplear para alcanzar sus conclusiones.
El razonamiento crítico también es más que pensar lógicamente o analíticamente. También se trata de pensar de forma más racional y objetiva. Existe una importante diferencia. Lógica y análisis son esencialmente conceptos
filosóficos y matemáticos respectivamente, mientras que el pensar racionalmente y objetivamente son conceptos más amplios que abrazan los campos de la psicología y la sociología que tratan de explicar los complejos efectos de los demás sobre nuestros propios procesos mentales.
En teoría para poder ser un buen pensador crítico se deberían seguir y desarrollar los siguientes cinco pasos, que serán desarrollados:
Paso 1: Adoptar la actitud de un pensador crítico.
Paso 2: Reconocer y evitar las barreras y sesgos cognitivos principales. Véase Lista de prejuicios cognitivos.
Paso 3: Identificar y caracterizar argumentos.
Paso 4: Evaluar las fuentes de información. Véase Argumentum ad verecundiam.
Paso 5: Evaluar los argumentos.
Lo que el pensamiento crítico no es:





El pensamiento crítico no es pensar de forma negativa o con predisposición a encontrar fallos o defectos. Es un proceso o procedimiento neutro y sin sesgo para evaluar opiniones y afirmaciones tanto nuestras como de otras personas.





El pensamiento crítico no trata de hacer personas que piensen de la misma forma, ya que si bien, pueden aplicar el mismo procedimiento éstos podrían diferir en sus prioridades, principios y lista de valores que, como se observa en la figura 1, afectan al razonamiento. Es decir, muchos podrían contar información o experiencias nuevas que otros no cuentan, para que aplicando el mismo principio, se lleguen a conclusiones totalmente diferentes. Adicionalmente, siempre habrá diferencias en la percepción y las necesidades emocionales básicas que harán definitivamente imposible que todos piensen de la misma forma, a pesar de la ponderación objetiva que haga el razonamiento crítico, pues ésta sigue tratándose de información extra.


El pensamiento crítico no trata de cambiar la propia personalidad, incrementará la objetividad consciente, pero se seguirán sintiendo los prejuicios de siempre.


El pensamiento crítico no es una creencia. El pensamiento crítico puede evaluar la validez de las creencias, pero no es una creencia en sí, es un procedimiento.



El pensamiento crítico no reemplaza o minimiza tus sentimientos o emociones. Las emociones le dan significado a la vida, le dan sentido y placer. El pensamiento crítico no es capaz de cumplir ese papel. Sin embargo, algunas decisiones emocionales que son también decisiones críticas, tales como decidir casarse o tener hijos, deberían tomarse abrazando el pensamiento crítico.



El pensamiento crítico no favorece ni representa específicamente a la Ciencia de forma ciega. Nuestra cultura está llena de estudios científicos que abarcan desde los cereales para desayunar hasta las píldoras vitamínicas que son usados por los estudios de marketing para vender.
También es necesario entender que los argumentos basados en el pensamiento crítico no son necesariamente siempre los más persuasivos. Quizás con mayor frecuencia los argumentos más persuasivos sean aquellos destinados a recurrir a nuestras más básicas emociones como el miedo, placer y necesidad más que a los hechos objetivos. Por esta razón, es común encontrar en los argumentos más persuasivos de muchos políticos, telepredicadores o vendedores una intencionada falta total de objetividad y razonamiento crítico.



Paso 1: Adoptar la actitud de un pensador crítico.
El primer paso para llegar a ser un hábil y diestro pensador crítico es desarrollar una actitud que permita la entrada de más información y permita detenernos a pensar. Estas actitudes señalan las siguientes características:
Características
1) Mente abierta
2) Escepticismo sano
3) Humildad intelectual
4) Libertad de pensamiento
5) Una alta motivación
Las primeras dos características pueden parecer contradictorias, pero no lo son. El pensador crítico debe querer investigar puntos de vista diferentes por sí mismo, pero al mismo tiempo reconocer cuándo dudar de los méritos de sus propias investigaciones. No debería ser ni
dogmático, doctrinal u ortodoxo ni ingenuo o crédulo. Se trata de examinar el mayor número de ideas y puntos de vista diferentes; darle la oportunidad de ser escuchadas hasta el fondo y luego razonar cuáles son los puntos buenos y malos de cada uno de los lados. Aceptar el hecho de que podamos estar equivocados una vez los argumentos estén sobre la mesa y mantener el objetivo final de conseguir la verdad o lo más cercano a ésta que la información que hemos dejado entrar o se nos ha presentado nos permite. Demasiado escepticismo conducirá a la paranoia y a ideas de conspiración; nos llevará a dudar de todo y al final no conseguir nada, mientras que creer todo sin un juicio o mediante el prejuicio o sesgo cognitivo básico de nuestro cerebro nos llevará a ser un público voluble.
Tener
humildad intelectual significa poder ser capaz de dar una oportunidad a las opiniones y nuevas evidencias o argumentos incluso si dichas pruebas o indagaciones nos llevan a descubrir defectos en nuestras propias creencias. Véase Método socrático El pensador crítico debe poder ser independiente y ser un libre pensador. Es decir, no depender o tener miedo a indagar sobre algo que pueda perjudicarlo en demasía. Las presiones sociales a la estandarización y al conformismo pueden llegar a hacernos caer en la comodidad o en el propio deseo de creer o pertenencia al grupo. Esto puede ser muy difícil o casi imposible para algunos. Uno debe preguntarse si el miedo a represalias simplemente al qué dirán motiva nuestras propias opiniones o creencias y si es así tener la fuerza para al menos temporalmente acallarlas hasta que se tenga la libertad de realizar una objetiva y detallada evaluación de la misma. Finalmente, se debe tener una natural curiosidad y motivación para avanzar en el propio conocimiento sobre una materia. La única forma de evitar tener un conocimiento básico sobre algo es estudiarlo hasta alcanzar el suficiente nivel de entendimiento necesario antes de realizar cualquier juicio.


Paso 2: Reconocer y evitar las barreras o prejuicios del pensamiento crítico.
Cada día de nuestras vidas se está expuesto a variables que bloquean nuestra habilidad a pensar con claridad, precisión y equidad. Algunas de estas barreras surgen de las limitaciones humanas naturales e inintencionadas, mientras otras están claramente calculadas y manipuladas. Algunas son obvias pero la mayoría de éstas son sutiles y capciosas. Sin embargo, si después de estar armado con la actitud apropiada del Paso 1el pensador crítico tendría ahora que entender cómo reconocer y evitar (al menos mitigar) la máscara de engaño o embaucamiento que se tiene en la vida diaria.




Estas barreras pueden ser divididas en cuatro categorías, que serán presentadas en cuatro tablas diferentes al final del artículo, algunas de éstas pueden verse también en la lista de prejuicios cognitivos:
Tabla 1: Limitaciones humanas básicas
Tabla 2: Uso del lenguaje
Tabla 3: Falta de lógica y percepción
Tabla 4: Trampas y escollos psicológicos y sociales


Cada una de las tablas muestra:

Una lista de las barreras u obstáculos al entendimiento aplicables a la categoría
Una consisa definición del obstáculo
Un ejemplo ilustrativo
sugerencias para evitar o superar los obstáculos al entendimiento
La tabla 1 o de limitaciones humanas básicas se aplica a cada uno, incluyendo los más hábiles pensadores críticos. Esas limitaciones recuerdan que no se es perfecto y que el entendimiento que se tiene de los hechos, percepciones, memoria, sesgos imposibilita el entendimiento del mundo con total objetividad y claridad. Lo mejor que podemos hacer es adquirir un adecuado y suficiente conocimiento del tema. El uso del lenguaje o la tabla 2 es muy importante para el pensamiento crítico. La correcta elección de las palabras pueden llevar a la verdad, o a la verdad a medias, al desconcierto, a la confusión o al propio engaño. Desde carteles publicitarios que garantizan la pérdida de peso a políticos asegurando la prosperidad para todos, un pensador crítico debe aprender a reconocer cuando las palabras no están encaminadas a comunicar ideas o sentimientos sino más bien a controlar lo que pensamos, sentimos, nuestra intención o elección y por tanto nuestro comportamiento.


Paso 3: Identificar y caracterizar los argumentos
En el centro de todo pensador crítico reside la habilidad de reconocer, construir y evaluar
argumentos. La palabra argumento puede ser desorientadora para algunos. No significa polemizar, reñir o discrepar, incluso aunque la palabra sea usada con frecuencia informalmente en ese contexto.


Formaciòn de valores:

Exigencias contemporáneas de la formación de valores
La
construcción de una sociedad cualitativamente más plena y justa, es uno de los más altos propósito de nuestro país, y en la cual la revolución ha puesto todo su empeño, aún en las peores circunstancias. Ello ha obligado a preocuparse y ocuparse de manera sistemática de la formación de la nueva generación como una forma de garantizar la conservación y continuidad del proceso revolucionario.
En los momentos actuales formar
valores sólidos y perdurables en los jóvenes adquiere exigencias y dimensiones elevadas, sobre todo si se tiene en cuenta el momento histórico en que se desenvuelven éstos y las particularidades del entorno social tanto nacional como internacional que sin duda alguna inciden en su formación y desempeño como generación.
Desde el punto de vista interno la nueva generación de cubanos se forma en circunstancias muy especiales donde se trata de superar los
indicadores de crecimiento que de manera abrupta descendieron en la década de los 90 del pasado siglo y que condujeron a un fuerte y profundo periodo de crisis económica con sus incidencias nada desestimable en la superestructura social dentro de la cual se incluyen los valores y las condiciones y calidad de vida del pueblo, situación más agravada aún a partir del reforzamiento del bloqueo de Estados Unidos a la Isla y las constantes agresiones a la integridad del proceso revolucionario, así como su insistente ansias de dominio y hegemonía mundial.
Bajo tales circunstancias la
sociedad cubana ha tenido que priorizar la tarea de la formación de valores desde todos los espacios formativos lo que presupone inobjetablemente la participación consciente de los jóvenes en el proceso de formación de los mismos; así como la estimulación de un pensamiento crítico - reflexivo con relación al sistema de valores a partir del cual se pretende orientar su conducta y de la propia realidad en que ellos se desenvuelven. De ahí que nos propongamos en este trabajo: reflexionar, a propósito de la batalla de ideas en la que se encuentra inmersa la sociedad cubana actual, en torno a las exigencias contemporáneas de la formación de valores en las nuevas generaciones de cubanos a partir de la reconsideración del ser y el deber ser, del enfoque dialéctico y sistémico y las dimensiones formativas.
Es importante significar que la formación de los jóvenes ha
estado siempre en el centro de atención dentro de la perspectiva revolucionaria y la proyección del proyecto social, que sin dudas, ha sido el resultado de una profunda y larga tradición educativa que desde el siglo XIX defendieran los grandes pedagogos insignes de la época, entre los que se destacan José A Caballero, Felix Varela, José de la luz y Caballero, Enrique José Varona, José Martí y otros.
Ver e ir más allá del hecho biológico de engendrar un hijo fue uno de los méritos más significativos del ilustre pensador José de la
Luz y Caballero, que con extraordinaria certeza expresó en uno de sus aforismos, " no está la dificultad en concebir sino en criar y educar".
Tal idea alcanza una extraordinaria importancia en tanto realza la dimensión social de la existencia humana al reconocer la vida del
hombre no como una simple presencia física, sino también como un proceso de producción y reproducción espiritual, moral y cultural que en modo alguno son innatos y mucho menos inmutables.
Es pertinente destacar que dentro del proceso formativo de los jóvenes un aspecto importante lo constituye
el conocimiento, la enseñanza y la divulgación de los principios, las normas, los valores y reglas morales, así como los métodos y las vías que en el mismo se utilicen teniendo en cuanta el papel que juegan la persuasión, el ejemplo personal, el conocimiento de las tradiciones y la cultura; así como la fuerza que entraña la autoridad moral de diferentes personalidades, organizaciones e instituciones.
Es innegable que aun con los avances en el orden instructivo y educativo que ha alcanzado nuestro país aun no se logra total correspondencia entre el ser y el deber ser en la formación de valores. En los diferentes contextos educativos, dígase la
escuela, la familia y la comunidad en sentido general persisten dificultades en los métodos, las vías y los procedimientos que se deben emplear en dicho proceso que no siempre estimulan una formación integral ni coherente. También persiste la fragmentación de acciones por parte de las agencias socializadoras que tampoco tributan a la formación integra de los jóvenes.
A partir de las condiciones en que se desenvuelve la formación de los jóvenes en nuestro contexto social y la importancia que adquiere este proceso en las actuales circunstancias pensamos que sus exigencias han de ser mayores a partir del propio protagonismo que los mismos han mostrado en los últimos años y que son esencialmente las siguientes:
Ser Oportuna - vale decir desarrollarse en el momento que se requiere y a la edad que se exige. No cumplir con este requisito puede conducir a la no solución de
problemas futuros, que con el tratamiento adecuado pudieran ser evitados.
Ser Dialéctica - significa atemperar y jerarquizar la formación de valores en correspondencia con la época, las necesidades del momento y teniendo en cuenta las circunstancias, sin obviar la objetividad de los mismos. Su ausencia puede conllevar al dogmatismo.
Ser sistémica - significa que todos las partes implicadas en el proceso de formación de valores independientemente de sus diferencias tengan una organización coherente a partir de la cual sus tareas y
acciones formativas se complementen y tributen de manera concreta a la formación, modelación y consolidación de los valores de acuerdo a las necesidades de cada sujeto.
Ser Sistemática - tener en cuenta que la formación de valores es todo un proceso que exige de continuidad y seguimiento a partir de las vivencias diarias y la acción de todos los agentes formadores.
Ser Dinámica - toma en consideración lo cambiante de la vida y juega con la capacidad del sujeto de suprimir, reajustar e incorporar nuevos elementos, sin perder el
objetivo de la formación de valores, que es en definitiva quien guía el proceso . Tiene mucha relación con su carácter dialéctico.
Ser Participativa - es uno de los momentos más importantes ya que activa, pone en acción ,involucra y compromete, tanto al sujeto formador como al sujeto en formación, teniendo en cuenta lo dinámico, lo sistemático, lo oportuno y lo dialéctico del proceso de formación de valores. Su ausencia hace ineficiente el mismo.
Cada uno de estos requisitos complementa al otro, su práctica facilita la formación integral de los
adolescentes y jóvenes, su preparación para la vida.. Sin embargo, nos detendremos en el aspecto de la participación por el protagonismo que ha ido adquiriendo la juventud en nuestro país tanto en la dirección como en la gestión y realización de proyectos sociales y la necesidad de su participación cada vez más creciente en su formación desde las tempranas edades.
La participación de los jóvenes en el proceso de formación de valores como acción transformadora requiere de la implicación consciente de los sujetos en formación. Ello no puede verse como un capricho infundado ni descabellado de algunos pocos, tiene su fundamento en la propia
dinámica de los tiempos que ha hecho que los hombres participen y decidan cada vez más sobre su futuro y se involucren en las transformaciones cotidianas, y en ese proceso han sido históricamente los más jóvenes los que han estado a la vanguardia.
La
independencia, la autonomía, la iniciativa, la creatividad son cualidades que al formarse en los jóvenes potencian a su vez el desarrollo de cualidades valorativas superiores en la medida de que sean capaces de organizar sus tareas cotidianas desde las más simples hasta las más complejas, tanto individuales como colectivas.
En tal sentido la sociedad debe estimular la participación decisiva de los jóvenes en su
educación, teniendo presente que la regulación excesiva y el autoritarismo no son métodos adecuados para ello, pues por el contrario en todo caso conlleva a la simulación y por extensión a la doble y falsa moral, dos males que deben ser desterrados y eliminado de manera definitiva de la conducta de los hombres todo lo cual es posible mediante su participación consciente, activa y real en el proceso de conformación de sus valores, pues seguir una conducta sólo por apariencias crea serias desviaciones en la personalidad.
Ahora bien; ¿ De qué se trata cuando de participación consciente, activa y real de los jóvenes en el proceso de formación de valores hablamos?.
Se trata en esencia de que el joven tenga
conocimiento de sus necesidades formativas, de la importancia que tienen el portar valores positivos; que en el propio proceso éste pueda dar su criterio en torno a los valores que se consideren necesarios para su formación, que pueda promover la elaboración de sus proyectos de vida y desarrollo personal una vez que comprendan y asimilen las experiencias positivas de la sociedad, así como ser capaz de identificar, jerarquizar y estimular los ejemplos positivos que a su alrededor se desarrollen.
En la medida que el joven tome más parte en el proceso, mayor
conciencia tendrá de la necesidad de hacer un balance más adecuado entre las aspiraciones individuales y las metas sociales, esto por un lado, y por otro, un ajuste mayor entre aspiraciones, y posibilidades reales de satisfacerlas, tanto a nivel social como individual, así como a un mayor y mejor compromiso e implicación en los proyectos sociales.
Por supuesto que materializar tales propósitos es una tarea no poco compleja, pues requiere indudablemente, la transformación también de los propios adultos, tanto en el sentido de fortalecer sus valores como en el de comprender que éstos son mutables y que necesariamente en los jóvenes se dan cambios más o menos bruscos resultado del
cambio de la realidad. y reconocerlo es ponerse a tono con las circunstancias y aceptar que existe un generación nueva que necesita y exige ser orientada. De aquí la importancia de que se comprenda el carácter, la especificidad, las particularidades de los diferentes grupos generacionales y la necesidad de la compenetración franca y sincera en un clima de acercamiento y comprensión sin barreras defensivas, pero también sin paternalismo, que se logre diferenciar entre las transformaciones que implica el surgimiento de una nueva generación y el deterioro de valores, para así concentrar los esfuerzos en aquellos que están en la esencia misma de nuestra dignidad como seres humanos y como nación.
Por otro lado, la permanente participación de los jóvenes en la formación de valores estimula su capacidad valorativa, siendo no sólo capaz de valorar los
procesos y fenómenos sociales sino también sus actuaciones propias y las de los que lo rodean aprendiendo a discernir las buenas y las malas actitudes y a tener una posición frente a ellas y a perfilar su comportamiento en el ámbito social. Estas actitudes deben ser potenciadas de manera, dialéctica, sistemática y sistémica identificando las dimensiones y los valores concretos a formar para lo cual planteamos las dimensiones que a nuestro son imprescindibles para enfrentar la formación de valores de una a otra generación frente a los desafíos vitales que plantea el presente milenio.
Se trata pues, de enfrentar la formación de la nueva generación con criterios y acciones más a tono con la contemporaneidad que tenga en cuenta los
problemas de estos tiempos y las necesidades formativas de la nueva generación, que requiere ser formada con métodos y vías menos autoritarias y verticalistas, lo que se traduce en mayor participación en la conformación de sus valores en una dimensión más amplia que la moral, sin restarle en modo alguno su importancia, pero cada vez más integral y profunda.
El futuro de la sociedad está en buena parte en los valores que seamos capaces de cultivar en los jóvenes, la posibilidad que estos tengan de participar en las transformaciones sociales con una profunda
actitud crítica, creadora y científica tomando como base toda la experiencia aportada por las generaciones anteriores, todo lo cual es posible si se estimula de manera consciente los sentimientos patrióticos e internacionalistas, las tradiciones y el legado histórico, así como una profunda vocación humanista y solidaria no solo para enfrentar los retos del futuro sino también para y dar continuidad a los valores que durante siglos han prestigiado nuestra la identidad cultural y nacional.

  • En mi opiniòn:


El pensamiento critico va ligado a la formaciòn de los valores, ya que al criticar algo se debe hacer con repeto, a los pensamientos que puedan tener las peronas, y libertad para decidir cambiarlo....Una vez mas se ve intervenida la autonomia en todo esto, ya que el hecho de desidir si cambias o no lo que te estan criticando, estas involucrando los valores y la autonomia que tienes tu sobre tu persona, al igual ue se repetan los pensamientos de cada quien, tu ejerces tu autonomia en base a lo que crees que es corecto, o lo que te da un beneficio, a la conveniencia propia, siempre y cuando no se daña a terceras personas, si no ya no se podria hablar de la formaciòn de valores...







  • Cibergrafìa:

chiron.valdosta.edu/whuitt/edpsyppt/Theory/critical%20thinking%20sp.ppt


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